Fue una gran emoción volver a la Plaza de Toros del Real de San Carlos, la noche del 9 de diciembre. Justo hace un año había visitado el obrador y me había maravillado… hoy la encontré esplendorosa, luminosa, mágica; una nueva joya en un antiguo estuche.
Por María Shaw
111 años después, el emblemático edificio estilo mudéjar volvió a vivir y a lucirse en una fiesta muy distinta a las de su primera época. Es que el 9 de enero 1910, en una calurosa tarde, la Plaza se inauguró con dos famosos diestros españoles: los hermanos Torres. En total, en ese ruedo, se celebraron tres temporadas taurinas, con 32 corridas oficiales, en las que nunca se mató un toro ni se lastimó un torero. En 1912 las corridas de toros fueron prohibidas en Uruguay.
La maravillosa construcción pasó por un largo período de decadencia, pero nunca perdió su encanto. De alguna manera, esa vieja señora coqueteó con varios proyectos que no llegaron a cristalizarse, hasta que hace dos años, su estructura se llenó de sonidos, de trabajadores que llegaron para salvarla, lavarle la cara, -con paciencia y delicadeza-, restaurarla, refrescarla, maquillarla y dejarla más bonita que antes.
Ella tiene sus pregoneros, que han estado anunciando sus renovados encantos, sus nuevas funcionalidades artísticas, culturales y turísticas, su transformación en un innovador centro de espectáculos, exposiciones y deportes; que pronto la van a convertir en un ícono y volverá a ser una gran atracción turística para Colonia y para Uruguay. Y en un patrimonio regional, ya que ella es única en el sur de América.
Este nuevo debut ameritó una fiesta de tres días. Entonces, llegaron a homenajearla el presidente de la República y la primera dama, el intendente de Colonia, ministros, otras autoridades nacionales, departamentales, municipales, civiles, militares y policiales, empresarios, operadores turísticos, invitados especiales, representantes de medios de comunicación y vecinos del departamento. La hermosa Plaza de Toros atrajo todas las miradas, ya que lucía espléndida con una iluminación que resaltaba su arquitectura.
La velada del jueves 9 comenzó en la puerta principal, con el descubrimiento de una placa conmemorativa de la fecha, continuó en el escenario con la entonación de las estrofas del Himno Nacional y el corte de cinta inaugural por parte de las autoridades y del arquitecto Walter Debenedetti, director de Planeamiento y Patrimonio de la Intendencia de Colonia y responsable de la obra de reconstrucción.
La celebración central fue el marco ideal para que el Ministerio de Turismo realizara el lanzamiento de la temporada turística 2021-2022, sumando a ese gran evento de relevancia nacional e internacional, que puso a Colonia y a Uruguay en primer plano a nivel mundial.
‘Las arenas despiertan’ se denominó el espectáculo especialmente diseñado para la ocasión, que reunió a más de 300 artistas locales en escena. El mismo fue creado, producido y realizado por la Dirección de Cultura de la Intendencia de Colonia, encabezada por Eduardo Barale y con la dirección general de Eduardo Grosso. El show multidisciplinario, incluyó la presentación de la Orquesta Municipal dirigida por Julio Durañona; la Comedia Municipal que llevó adelante una interpretación de época relatando el proceso fundacional de la Plaza de Toros desde la llegada de Nicolás Mihanovich a la ciudad, hasta la inauguración del complejo y los espectáculos que se realizaron; también acompañaron los ballets de las escuelas de danza de Carmelo y de la Intendencia de Colonia y el coro integrado por 111 voces -en conmemoración a la fecha de la primera inauguración de la Plaza- dirigido por Fernando Madalena. Una puesta en escena que fue desde lo español a lo rioplatense, desde el pasodoble al tango, culminando con el candombe, en la voz de Valeria Lima, interpretando ‘Candombe para Gardel’. por 111 voces en conmemoración a la fecha de la primera
Sin duda el gran responsable de la salvación y el renacimiento, “de esta obra de la historia y del futuro” es el intendente de Colonia, Carlos Moreira, quien está cumpliendo con un anhelo de muchos años de la sociedad coloniense. “Esta obra es la más grande y más costosa que he asumido”, ya que la misma tuvo un valor de unos 8,5 millones de dólares, El 29 de noviembre, el intendente Moreira colocó el último ladrillo que dio por finalizada la remodelación.
Muchas personas se involucraron en ese sueño que hoy es una hermosa realidad; me parece justo mencionar al arquitecto Walter Debenedetti, quien se enamoró de la dama, y de ese amor renació la Plaza que ahora luce en todo su esplendor.
El nuevo abrazo
Así como años atrás los colonienses se unieron en el movimiento popular ‘Salvemos la Plaza de Toros’ para rescatar el histórico recinto que no se quería perder, y entre otras acciones propiciaron un abrazo para pedir por la restauración de ese patrimonio, el sábado 11 de diciembre, a las 11 horas, 111 años después de su inauguración, el nuevo abrazo a la Plaza de Toros del Real de San Carlos fue para agradecer y celebrar su nueva vida.
Luego se abrieron las puertas del Real, para permitir que el público entrara a conocer más sobre la historia, visitar las diferentes exposiciones, con muestra de las obras, detalles de la creación de la Plaza en tiempos de Nicolás Mihanovich, exposición de artistas plásticos locales, las bodegas del departamento promocionando la Ruta del Vino y mucho más.
¡Y Colonia fue una fiesta!
En un hito sin precedentes, los colonienses desarrollaron una fiesta de tres días: jueves, viernes y sábado, con infinidad de actividades artísticas, culturales y turísticas, para relanzar esta obra del departamento, para todos los uruguayos y para el mundo.
El viernes por la noche, en la Plaza de Toros, se reiteró el espectáculo artístico ‘Las arenas despiertan’ para el público coloniense, al que se habían inscripto 9000 personas para un sorteo.
El sábado, el centro de Colonia del Sacramento y su Barrio Histórico vibraron con espectáculos en cuatro circuitos y cinco escenarios. La variada propuesta artística, gastronómica, histórica y cultural, involucró a más de 1300 artistas de diversos géneros, Los bares y restaurantes se volcaron al exterior de los locales, por lo que se dispuso una zona de exclusión para que el público circulara libremente. Las calles estaban adornadas con banderitas y luces, por lo que Colonia quedó más linda aún. Por todo eso, se cumplió la promesa: ¡Colonia fue una fiesta!